¿Y ahora qué?

El gran debate de la última semana en España toca a su fin. La Selección ganó ayer a Argentina y esto ha hecho que Villar tenga una excusa válida para mantener en su cargo a Luis Aragonés. No obstante pienso, y no soy ni mucho menos el único, que la situación de 'la roja' es bastante crítica. En lo deportivo el equipo no ha sido capaz de ganar ni a Irlanda ni a Suecia, dos equipos en teoría inferiores que sin embargo, nos han sacado los colores. En cuanto al banquillo, pienso que Aragonés tuvo que dejar la Selección tras el Mundial, y es que creo que 'el abuelo' está poniendo un broche de hojalata con aleación de cartón a una brillante carrera en el mundo del fútbol. Y de la Federación... ¡qué no decir de la Federación!. Sólo un dato: su presidente, Ángel María Villar, llegó al cargo hace ya 18 años, más concretamente el 29 de julio de 1988. Son muchas las cosas que sobre él y sobre su política de manejar el fútbol español se podrían decir, ya que la Federación desde hace un buen puñado de años es un cortijo regentado por gran parte de los deshechos que los clubes de nuestro país pusieron a tiempo en su sitio, esto es, en la calle. El caso es que esta situación me recuerda mucho a la que se vivió con Clemente. La afición, cansada del 'patupún p'arriba' pedía a gritos la dimisión o el cese del seleccionador. Mientras, la Federación hacía oidos sordos. Pues algo parecido está pasando ahora aunque creo que los seguidores y algunos medios se equivocan o, ¿es que acaso el próximo entrenador que venga va a cambiar algo?. Yo pienso que no, y menos aún si es, como se perfila, Lotina (compadre de Villar) el futurible. En fin... caos y más caos. Me gustaría terminar con una frase del genuino Poli Rincón durante el partido de ayer: "Nos vamos a clasificar para la Eurocopa y... ¡a ver si no la ganamos!". Que así sea.