16.9.06

Es Personal

No se caracteriza este por ser un 'blog personal', pero creo que lo que ayer me pasó puede merecer la pena. Era por la tarde, estaba trabajando y recibí una llamada. Era un hombre preguntando por el horario del partido del Atlético de Madrid. Según me contó, tenía 73 y llevaba unos once años postrado en una cama sin poderse mover. Tras la muerte de su hermana, Fernando se había quedado solo y uno de sus entretenimientos era el de seguir los partidos de su equipo. El hombre había llamado a varias emisoras para preguntar por el horario del encuentro, y según Fernando, nadie había sabido responderle a una pregunta tan sencilla para cualquier periodista deportivo. Yo miré en la página oficial de la Liga y le respondí. No se si por curiosidad o por el interés que despertó en mí lo poco que hasta ése momento sabía de Fernando, pero el caso es que se me ocurrió preguntarle por su familia. El hombre está separado y tiene dos hijos. Según me contó, su mujer le hizo la vida imposible y puso a sus hijos en su contra. Ahora él vive solo y ninguno de sus 'descendientes' (queda docto, pero no encuentro ningún otro sinónimo para hijos que no sea vástago) le presta ninguna atención cuando según Fernando "lo he dado todo por ellos. Por ejemplo, las dos casas en las que viven se las regalé yo". No obstante, lo que más me sorprendió es que tras esto me dijese "solo vivo con la esperanza de que algún día vengan a visitarme". Lo que son las cosas. Fernando continuó contándome cosas de su vida: había sido un pintor realista muy cotizado en su tiempo, y había trabajado durante mucho tiempo en la ONCE. Después de más de media hora de conversación en la que yo lo más que supe llegar a decir fue "Fernando ahora no debes pensar en eso", el hombre me dijo: "te dejo que seguro que estoy interrumpiendo tu trabajo". No le faltaba razón, el informativo comenzaba en apenas una hora y no lo había comenzado ni a preparar. "No importa", le respondí. Fernando continuó y me comentó algo insignificante que sin embargo, a mí 'me caló'. Se había encargado de ponerle a su hijo Fernandito -así le llamaba él- el Dúo de Telefónica para que no le costara nada llamarle por teléfono... lo peor es que Fernandito, con treintaitantos, no le llamaba más que cuando necesitaba que su padre corriera con el pago de alguna que otra factura. Qúe triste. Muy a mi pesar, y después de otro cuarto de hora de charla, le tuve que decir a Fernando que debía seguir trabajando. El hombre llorando me dijo: "ojalá mi Fernandito fuera como tú". ¿Como yo?. ¿Y quién soy yo?. En fin.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hay veces que uno se encuentra con situaciones que dan mucho mucho que pensar!

10:21:00 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Hay veces que uno se encuentra con situaciones que dan mucho mucho que pensar!

10:21:00 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home